domingo, 22 de julio de 2012

EL ZORRO DE CASCALLARES

Aunque ya retirado, “el caballo de la historia” de las jineteadas es todavía un motivo de enorme atracción.


Foto: Justo Giménez
CASCALLARES, Buenos Aires.- De él hablan en las materas y en las cocinas de estancia. Por él suenan las guitarras y lo nombran las milongas. Entonces, la leyenda gana el campo y su imagen se agiganta. Y él, cumpliendo sus increíbles 27 años, vive retirado tranqueando por la gramilla y sabiendo que su lomo no tuvo ni tendrá dueño. También sabrá que se acabaron las tardes de furiosas bellaqueadas y que su pelo quedó blanco por tantos años de escarcha.
 Dicen que está viejo, y es cierto. Pero él se muestra altivo, valiente y arrogante. Se trata de El Zorro, “el caballo de la historia” de las jineteadas. El más fuerte, el más temido, el impar, el invicto. Aquel que “sacó volando” por arriba de su cruz a cuatro generaciones de jinetes. El mismo que ahora recibe visitas de chicos de las escuelas que quieren fotografiarse con él, pasar a un libro su historia, documentar en filmaciones su trayectoria.
 Y su historia comenzó aquí, en Cascallares, cuando nació un tordillo oscuro que, por su cola medio blanca, rápidamente llamaron El Zorro. Nacía la leyenda. El flete comenzó a ganar fama y en 1978 se produjo el enfrentamiento por todos esperado. En el palenque lo esperaba el gran Tucuta Schan, el mejor montador de todos los tiempos. La cosa duró poco: en el segundo salto El Zorro se lo sacó de encima.
 El caballo comenzó a convocar a miles de criollos en los campos de doma y por distintos lugares del país nadie podía con el invencible pingo de 640 kilogramos de músculos. Lo intentaron Ismael Santamaría, Chito Maldonado o Luis Romero. Si hasta el porfiado Coti Iparraguirre lo subió tres veces y en la última “salió dando rulos por el aire”, recuerda hoy su propietario, Omar Passarotti, que asegura que El Zorro jamás fue vencido:”Algunos se sostuvieron del tordillo colgados del pescuezo, pero El Zorro no era novia de nadie para que lo anduvieran abrazando. ¿No le parece?” Cuenta que cuando Rafael Otamendi intentó castigarlo con el rebenque, ya se encontraba en el aire. “Cuando fue a tirarle el chirlo, no lo vio más.”
 Muchos de esos chicos que hoy se acercan a ver “el caballo de la historia”, saben que sus aulas fueron mejoradas por El Zorro y sus festivales benéficos. Incluso, en 1982, la actuación de El Zorro en Tres Arroyos recaudó plata destinada para los combatientes de Malvinas.
 El caballo ya era el líder de la tropilla de Passarotti. “Cuando viajábamos -recuerda el dueño-, si él no bajaba primero del camión, no lo hacía ninguno. También, cuando no estaba en su campo, era reacio al agua ajena: si él no tomaba, no tomaba ninguno.”
 Por montarlo, los jinetes cobraban entre 7000 y 10.000 dólares y Passarotti se llevaba el cincuenta por ciento de la recaudación. Que no era poco.
 ”La otra vuelta -sonríe pícaramente Passarotti- me preguntaron si éste era el Maradona de los caballos. Les contesté que el caballo no hablaba y que si Maradona no lo hiciera, también podría ser como El Zorro.” La campaña del caballo siguió adelante hasta la tarde triste de Tres Arroyos, el 11 de septiembre de 1983. Su montador, Carlos Aristegui, lo pidió en el palenque: “¡Largue!”, dijo el hombre. En un par de saltos El Zorro le quitó las riendas de la mano y Aristegui iba y venía sobre el lomo. Su pecho se encontró con la cabeza del caballo, su pierna se quebró en otra abalanzada y quedó colgado de la estribera. Carlos Aristegui murió esa tarde.
  Años después, en Necochea, lo pidió Jorge Aristegui, el hermano de Carlos. Se juntaron 25.000 personas para ver el duelo. Para muchos, la venganza. “Hubo gente que quería desgarronar -cortarlo a la altura de los garrones- a El Zorro; eran los que hablaban del caballo asesino.” Tuvo que intervenir la policía. Después, El Zorro tiró a Aristegui en el palenque y en la otra subida, por fortuna, todo quedó convertido en una franca jineteada.
 Con sus versos, el cantor Goicoechea le contestó a quienes querían matar al tordillo: “… Y tal vez que se arrepienta/el que oí que te decía/ “¡yo mismo lo mataría!”/y hoy me detengo a pensar/si un caballo iba a matar/¡qué poco gaucho sería!”.
 El Zorro ya era un mito y a su dueño le ofrecieron llevarlo al exterior: “En Estados Unidos y en México no hay tradición gaucha”, contestó Passarotti. El merchandising de videos, remeras o llaveros comenzó a rodear al reservado y una tabacalera propuso ser su sponsor . El negocio no se hizo.
 Tras haber completado 157 salidas en los campos de jineteadas, se despidió en Bragado, el 13 de abril de 1997. Esa población estalló en una ovación inolvidable.
 ”El tordillo de la historia/para siempre te bautizo/si hay algún olvidadizo/que refresque su memoria /lo dice tu trayectoria/que has marcado con nosotros/y en esta opinión me apotro/de tu laya no habrá dos/ porque zorro como vos/no creo que nazca otro.”
 Y El Zorro está aquí, en Cascallares, blanqueado por el tiempo e imponiendo el respeto de un sabio anciano al que dan ganas de acercársele con el sombrero en la mano.
 Mariano Wullich
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=119800


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    qe dicen de alfedo ramo cuando lo andubo


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    muy bueno esta


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    hola sos un grande soy Matias de Federal Entre Rios


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    Muy bueno el caballo…. Felicitaciones..


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viernes, 4 de mayo de 2012

2007 Año dificil para las letras gauchas

2007: ¡AÑO DURO PARA LAS LETRAS GAUCHAS!

Año difícil el 2007, especialmente duro para “las letras gauchas” que en un período de ocho meses ha visto apagarse la vida de media docena de escritores costumbristas de peso; cierto es que en la vida solo una cosa tenemos segura, y cierto que casi todos estos escritores andaban transitando la octava década, pero... parece mucho que “la vida” haya querido arrear con la existencia de ellos prácticamente en un abrir y cerrar de ojos, como se dice.
Fui muy amigo de uno de ellos, pero curiosamente tuve trato con todos, como que con todos intercambié material y a todos supe solicitarle información que me era de utilidad.

JULIO DOMÍNGUEZ (El Bardino) – Falleció en Santa Rosa, La Pampa, el 10/10/2007, a la edad de 75 años, como que había nacido en el oeste pampeano, en Algarrobo del Águila -Dpto. de Chical-có-, el 20/12/1933, en el hogar integrado por Anita Alcaraz y Canuto Domínguez.
El paisaje y la identificación con la vida campera en que se desenvolvía, lo llevaron a que a temprana edad (15 años) comenzara a borronear sus primeros versos, recordando siempre que en la Esc. 220 de su pago natal, “una fría tarde del mes de mayo... un joven que ejercía la docencia... puso por primera vez, ante mis ojos asombrados de niño... un papel escrito. Y me dijo; –Esto es un poema”. Fue el maestro Fernández quien le acercó un poema de Porfirio Zappa, y allí su vida cambió el sentido. El célebre poeta correntino le puso norte a su rumbo.
Es posible que haya sido el primer poeta que reflejó con autenticidad y simpleza, la vida rural del oeste pampeano, donde se enseñorean las bardas, esas de las que deriva la nominación con que se hizo conocido: “El Bardino”; Julio Domínguez “El Bardino”.
Supo con su canto encontrar el hilo conductor que lo vinculó a su pueblo, por eso sus poesías y su canto se afincaron con calidez “en casi todas las escuelas hogares donde los niños cantan sus temas conducidos por la maestra de música; en los coros de la tercera edad, coro Municipal, coros juveniles...”.
Publicó: “Canto al bardino” -folleto-; “La nieta de un rastreador” -plaqueta-; “Tríptico para el oeste” -folleto-; “Comarca – poemas” (1987); “Rastro bardino - canciones” (1989); “Milongas Bayas”; “A orillas de Santa Rosa”; “Tierra de mi voz”; “Canto bardino”; “Guitarra marca Tango” (2005); y “No tan cuentos”; y entre sus grabaciones citamos “el que se crea cantor”, cassete editado por el sello Fusión en 1997.
Entre sus importantes logros figuran el 2º Premio Provincial de Poesía, Municipalidad de Santa Rosa, 1977, y 2º Premio Nacional Poesía del Grupo IQUITO, Mendoza –1981, habiendo sido también fundador y presidente de la Peña Folklórica “Rincón Nativo”, de la cooperativa de trabajo artístico (COARTE), y de la Asociación Pampeana de Escritores (APE).
Cada vez que suene “Milonga baya” -entre otros temas- Julio Domínguez mostrará que está vivo.

CARLOS ADOLFO CASTELLO LURO (Cacho) – Nació en Puán el 12/08/1928, orgulloso de sus raíces de criollos de pura cepa, y allí formó su hogar junto a Nora Zanetti, convirtiéndose con el tiempo en padre y abuelo.
Argentino hasta el tuétano, reflejó su sentir e inquietudes a través de la poesía criolla, el ensayo y la investigación histórica. Hombre de formación autodidacta, era tan exigente para con los cultores del género como para con sí mismo.
Si bien su nombre recorrió camino de la mano de sus composiciones poéticas, fundamentalmente de ese “Pelajes Entreverao” que lo hermanara a D. Atahualpa Yupanqui, no llegó a publicar un compendio de sus poesías; sí publicó en el rubro novela, donde hacia 1996 dio a conocer “Los pocos y los muchos”, en la que -con conocimientos de primera mano- relata acabadamente las vicisitudes de la vida agraria de los años 40, aproximadamente.
Como nada de lo que tenga que ver con la cultura le era ajeno, ejerció el periodismo, habiendo publicado al despuntar los años 70, un periódico quincenal que denominó “La Voz de Puán”.
Supo en vida del reconocimiento, como que en 1969 recibió “La Flor de Cardo” de parte de la “Fiesta de las Llanuras” de Cnel. Dorrego; en 1986 estuvo ternado para el “Premio Payador” de LS 11 Radio Provincia de Bs. As., y en 1998 recibió la “Distinción Trayectoria” de la Asociación Argentina de Escritores Tradicionalistas.
Ocupó la función publica en su pueblo natal donde ejerció como Director de Cultura.
Afectado de neumonía se había trasladado para su tratamiento a la ciudad de Bahía Blanca, donde complicaciones de su salud devinieron en problemas cardiovasculares, falleciendo en la madrugada del 2 de julio a la edad de 79 años. Sus restos fueron trasladados y descansan en el Cementerio de su ciudad natal.

JOSÉ ADOLFO GAILLARDOU (El Indio Apachaca) – Con la desaparición de “Apachaca” se fue el último de los recitadores de una época de oro del espectáculo criollo, en la que supo compartir, como él mismo evocaba, con Fernando Ochoa, Juan Ramón Luna, Claudio Martínez Paiva, Boris Elkin, Salvador Riesse, Porfirio Zappa y Arsenio Cavilla Sinclair, entre otros.
En las letras fue poeta, novelista, ensayista, historiador, autor teatral, y en las tablas recitador, actor, director, y hombre de radio y también de televisión, habiéndose iniciado en el quehacer artístico en el año 1943.
Por 1949 dio a conocer su primer trabajo literario, “Médanos y Estrellas”, con el que recibió el 1º Premio Municipalidad de Bahía Blanca; auspicioso debut el de “Apachaca”. Y hacia fines de la década del 90 apareció la reedición de la novela “Pampa de furias”, que en su primera edición en 1955 obtuviera el 1º Premio Ministerio de Asuntos Sociales de La Pampa. En el medio se escalonan otros nueve títulos, varios de ellos con importantes distinciones, entre las que se destaca la Faja de Honor de SADE de 1986 a su obra “Serás la Patria – poemas del desierto”.
Marcaron época y estilo “La Toldería de Apachaca”, audición que desarrollara en Radio Belgrano, y el microprograma “Los Grandes Olvidados” sobre el origen de los nombres de las calles de la Capital, artistas, fundadores de pueblos, escritores, etc., que concretó de 1978 a 1984 por Canal 9, por el que recibiera el “Santa Clara de Asís”, “Premio Argentores” y “Premio Honor al Mérito” del Club Leones de Haedo y del Rotary Club de San Cristóbal.
De la mano de su arte y en su larga vida transhumante, recorrió el país, Bolivia, también el Uruguay donde en Montevideo residió varios años, lo mismo que España donde también estuvo radicado.
Había nacido el 20/03/1926 en De Bary, pequeño pueblo del Ptdo. de Pellegrini en cuya ciudad cabecera fue asentado, pero a los pocos meses sus padres se trasladaron a la localidad de Conhelo, La Pampa, donde sus abuelos maternos tenían chacra, y donde pasó su niñez.
Tenía 87 años cuando el 2 de julio se cortó su respiración en la casa de Hurlingham en donde hace tiempo se había radicado. Apachaca, “El Indio Sin Tierra”, remontó vuelo a las estrellas, donde será propietario de una parcela en “el olimpo” de los escritores nativos.

RAFAEL DARIO CAPDEVILA –Al despuntar agosto de 1926, nació en Tapalqué donde transcurrió toda su vida, y desde donde edificó, línea a línea, hoja a hoja, una valiosísima obra en la que sobresale su labor de investigador.
Quizás heredó de su padre, D. Ramón R. Capdevila, su pasión por descifrar el pasado, ya que éste escribió la historia de Tapalqué, y como él (hacedor y director del semanario “El Deber”) ejerció el periodismo. Por eso en la década del 60 lo encontramos colaborando con interesantes notas históricas en los capitalinos “La Prensa” y “La Nación”. También colaboró asiduamente con “El Popular” de Olavarría, “El Tiempo” de Azul, “El Norte” de San Nicolás, Rev. “Claves en Diagonal” de La Plata, y por supuesto con “La Palabra” de Tapalqué.
Su obra publicada en libros y folletos comprende numerosos títulos, habiendo llegado a la edición maduro ya, al sobrepasar los 40 años de edad. Su primer libro -hoy pieza de suma rareza- fue “El Nombre, El Pago y La Frontera de Martín Fierro” (1967); a éste le siguieron “Noticias biográficas del Tnte. Cnel. D. Agustín Noguera” (1969), “Los tordillos 'itatianos' de 'Mascarilla' López” (1970), “El sacrificio de Serapio Rosas” (1971), “Gauchos célebres: José Luis Molina – Juan Moreira” (1972), “Pedro Rosas y Belgrano – el hijo del General” (1973), “El hombre de los tres apelativos” (1974), “Tapalqué en la Revolución de 1874” (1974), “El carretero de la libertad” (1974), “El presunto cacique Tapalqué” (1974), “Tapalqué Nuevo y los orígenes de Olavarría” (1976), “Cuentos del caminante” (1985), “Las cruces del general” -novela- (1991), “Regreso al Paraíso” -recuerdos- (1993) y “El Habla Paisana”-investigación lingüística- (2004).
No encaró con su literatura temas sencillos ni remanidos; investigaciones medulosas debió realizar para concretar algunos de sus libros. Por ejemplo, ubicó en espacio físico y tiempo el desarrollo del Martín Fierro; abordó la vida de personajes nombrados como leyenda, para repatriarlos al mundo real con sus virtudes y defectos, como ha sido el caso de Moreira y el controvertido Gaucho Molina. La vida del hijo de Belgrano casi era un tabú histórico hasta que decidió echar luz sobre ese asunto; y su última obra, es un manual lingüístico que le demandó, fácil, 40 años de apuntar voces y asignarles significados y fundamento.
No hace mucho había decidido desprenderse de la imprenta que en 1917 fundara su padre, y desde la que salieran casi todos sus libros con un sello que lo identifica <“Ediciones Patria” impresas en talleres “El Deber”>. Apuntaba a volcar esos ingresos en la concreción de obras que ya tenía prácticamente concebidas, como sus “Memorias”.
Casado con Delia Sacco, se prolongó en dos hijos: Ruth (también escritora) y Sergio.
Sorpresivamente y próximo a cumplir 81 años falleció en su pueblo querido, el sábado 28/07/2007.

VÍCTOR ABEL GIMÉNEZ (Vasco) – A los 85 años, y tras arrastrar en los últimos tiempos problemas de salud que lo habían marginado de toda actividad social, falleció el 30 de septiembre en Mar del Plata, su ciudad adoptiva donde se había radicado a los 21 años
Nacido en Cnel. Vidal, en el matrimonio conformado por Victorina M. Rípodas y Luis S. Giménez, vino a la vida el 09/01/1922, y tuvo en su tío Alejo Rípodas -hermano de su madre- el maestro que lo encaminó en el gusto por las expresiones del acervo telúrico.
Si bien fue uno de los poetas más prolíficos y difundidos de la segunda mitad del Siglo 20, como que más de 100 composiciones suyas recibieron registros fonográficos y hay en SADAIC unos 250 temas registrados, no había llegado a editar libro alguno, hasta que en 09/06, a impulsos de Nydia Vázquez, su esposa, apareció “Yuyos”, compendio de 49 poemas inéditos que el autor había escrito y ordenado en tiempos en que, desvinculado de compromisos laborales y de toda actividad radial y festivalera, se estableció en su finca “La Lomita”, en su añorado “Arbolito”, denominación primigenia de su pueblo natal.
Tras su fallecimiento, ya como póstuma, aparece su segunda obra, “Mirando Lejos”, páginas éstas que contienen varias de las composiciones que calaron hondo en el gusto popular, como “El Mulato Guevara”, “Del tiempo de la maroma”, “El Pampa Rosendo”, “Mi amigo... Froilán Maidana”, “Un peón... Segundo Molina”, “Cosas que pasan”, etc.
Fue libretistas de las audiciones “Las Alegres Fiestas Gauchas” y “Surcos Estelares” del recordado Miguel Franco, con quien trabajó para llevar adelante los festivales de jineteadas más convocantes de la décadas del 60/70.
En Mar del Plata y durante 20 años ininterrumpidos, condujo su audición “Buenos Días, Señor Día”, un clásico en su zona. Otros espacios fueron “Folklore junto al mar”, “Folklore de cuatro rumbos” y “Motivos musicales argentinos”.
En televisión creó y puso en el aire “Mangrullo 10” (Canal 10), “Rastrillando” (Canal 8) y “Encuentro Criollo” por el porteño Canal 11.
Sus orígenes de recitador (en su mocedad se presentaba como “El Chasqui”), se vieron reverdecidos y estimulados cuando a mediados de los 90 grabó, con temas de su autoría “Muy buenas y con licencia”.
En sencilla e íntima ceremonia sus restos recibieron sepultura en el cementerio de su pueblo natal.

ROBERTO COPPARI – Lo traté por espacio de casi 40 años, aproximadamente desde 1968, llegando a retribuirme con un trato amistoso y familiar.
Había nacido en Oncativo, Córdoba, el 1º/05/1924, hijo de Cesira Negozi y Juan Coppari -ambos italianos-; al año su madre se radica en Casilda, Santa Fe, llevándolo con ella, pero cinco años después al fallecer ésta, y tras algunas idas y venidas, se suma a la familia de la hermana mayor -Josefa- tamberos de la Estancia “El Mirador”.
Allí, aportará su trabajo niño como “apoyador” y también “boyero”; y aunque impedido de ir a la escuela por trabajo y distancia, de la mano de los suyos aprenderá los rudimentos de las letras y los números.
“Muchachito chico”, boyereando en el campo hilvanará la primera cuarteta, como aquella que a falta de papel y lápiz escribió con un trozo de alambre sobre la tabla de una tranquera.
A los 18 años, tras una visita a familiares residentes en La Plata, decide radicarse en la capital provinciana, donde se conchabará como panadero, oficio al que dedicará su vida hasta la jubilación.
Decimista impecable, reafirmará en sus versos el amor a la Patria, la admiración por el gaucho y el respeto por el aborigen, tríptico éste, que será una constante en su obra, obra que arranca en 1950 con su “Humilde gurí primero / de mi vida de paisano...” que tituló “Rescoldo de tradición”, al que le siguen: “Sueños Cimarrones – versos gauchescos” (1972); “Por la Patria y por lo Nuestro – versos gauchescos” (1972); “Patria Adentro – versos gauchescos” (1982); “Con los pies sobre mi tierra – versos gauchescos” (1985); “¡Siempre mi Patria! – versos gauchescos” (1997); “El Pasquín de un Patriotero – cartas y notas” (1997); “Sin mudar los sentimientos” (prosa, 2000); “Juan Sin Tiempo – relato en versos sobre hitos históricos” (2001); “Sin aflojar todavía – versos gauchescos” (2003); “¡Güena Suerte! Patria Mía – versos gauchescos” (2005), y “Juan Sin Tiempo – 2º parte” (2007).
Hacedor de instituciones, participó en 1948 de la fundación de la “Agrupación Nativista El Alero” y de la Escuela de Danzas Tradicionales “José Hernández”; más adelante, fines de los ’70, fundará la “Agrupación Tradicionalista El Tala” de Villa Elisa, y coronará su labor en este rubro con la creación, en 1984, de la Asociación Argentina de Escritores Tradicionalistas, su sueño máximo, institución a la que presidió en varios períodos, y para la que construyó el local que es su sede.
Participó también en 1985 de la creación de “Pa’l Gauchaje” Revista Mensual de Temática Costumbrista, y en 1997 pergeñó el boletín Informativo de la AAET, aún vigente.
Hombre dado a la vida familiar y de franca bonhomía, ¡jamás! pensó he hizo tradicionalismo en beneficio propio. Un objetivo superior de cultura nacional guiaba sus actos.
En la tarde del domingo 26 de agosto falleció en la Clínica Mosconi, de Berisso, donde estaba internado. Tenía 83 años. Sus cenizas se custodian en la AAET.
La Plata, 24 de Noviembre de 2007

JULIO MIGNO biografía y "El hondazo"

Biografía de Julio Migno.

lunes, 2 de abril de 2012


MI TROPILLA

Voy a rodiar mi tropiya
para prestarle algún pingo,
de paso -como es domingo-
viá desvasar “la rosiya”;
más crioya que la gramiya
mi pobre yegua madrina,
la huella no la arrocina
y nada le miento en esto:
con un pañuelo ‘e cabresto
yo cruzaría la Argentina.

Embozale “el colorao”
si quiere un pingo mansito,
le va a quedar muy bonito
si le pone su emprendao.
O si no, tiene “el rosao”
si quiere un pingo ligero,
es ágil pa’l entrevero
y en él yo salvé la vida
disparando a la partida
antes, cuando juí matrero.

Si quiere de raza fina
encarone “el pata blanca”,
es sin cosquiya en el anca
en él, se yevar mi china.
A ese “zaino” que de clina
solo le dejé un penacho,
a bajao varios muchachos
-yo entuavía no lo he probao-
dicen que jué reservao
de la estancia “El Quebracho”.

“El bayo” que al caminar
parece de tranco lerdo
me trái miles de recuerdos
cuando me pongo a pensar;
a ese, lo enseñé a saltar
cuando anduve enamorao,
es ágil pa’l alambrao
porque’s de pata finita,
cuando le haga una señita
… ya estuvo del otro lao.

Y si quiere en el poblao
lucirse una tardecita
corte y agarre “el pampita”
de clavijero tuzao,
lo tengo bien preparao
para cualquier ocasión,
desde que’ra redomón
jué’l pingo de mi delirio,
andando en él, no le envidio
los coches a mi patrón.

“El picazo” o “el tostao”
son de enlazar campo ajuera,
lárguelos por ande quiera
nunca conmigo han rodao.
Bueno, ya le he presentao
todos mis pingos, señor,
es el capital mayor
de éste gaucho que le esplica:
mi tropiya es medio chica
porque’s de un trabajador.

SOLO SOY UN PEON RURAL
HUGO GIMENEZ AGUERO

domingo, 1 de abril de 2012


Julio Dominguez El Bardino
soy la milonga

Nacio en Algarrobo del aguila provincia de La Pampa
20 de diciembre 1933 y muere el 11 de febrero de 2007
autor de milonga baya y de muchos temas  mas


Suma paz corazon de mujer
homenaje a la mas grande defensora
del canto surero

El tema es de suma y Secundino cabeza

sábado, 31 de marzo de 2012

lunes, 26 de marzo de 2012

entrevero de tropillas


fiesta del talar General Madariaga
Algo digno de ver donde se luce
la abilidad de los paisanos para entablar
como lo hacian los viejos gauchos sureros

En Copetonas

En Copetonas e nacido
partido de Tres Arroyos
y en la tradicion me apoyo
se lo digo convencido
hoy presentarme he querido
en esta linda reunion
con prudencia y con razon
y con sentimiento puro
mi nombre es Peralta luro
y agradezco su atencion

Defiendo el sur a Bahia
que son los pagos del viento
y espreso mi sentimiento
a traves de la poesia
estos versos yo diria
son de humilde condicion
si falta la entonacion
no falta razonamiento
y lo que siento por dentro
me sale del corazon

Y siempre que me presento
con la humildad de paisano
quiero estrecharles la mano
tratando de ser atento
mi brindo a cada momento
porque ansi me han enseñao
el hombre esperimentao
sabe y lo tiene presente
que respetando a la gente
siempre un amigo ha encontrao

Recorriendo el diapason
de una sonora guitarra
le voy soltando la amarra
a mi criollo corazon
me despido de la reunion
con infinita alegria
porque alle la simpatia
la que ustedes me brindaron
y despues que me escucharon
yo les digo hasta otro dia

Nestor Peralta Luro

Victor abel gimenez

LOS REFERENTES EN EL FOLKLORE:
VÍCTOR ABEL GIMÉNEZ…  “EL VASCO”.
Muchos galardones ha ganado Víctor Abel Giménez en su larga trayectoria como autor poeta y periodista, un defensor permanente de nuestro patrimonio folklórico. Pero el más importante es el de perdurar con  cada una de sus  canciones en la memoria colectiva de nuestro pueblo .Muchas de sus más de 200 canciones casi íntegramente dedicadas al repertorio surero tienen la particularidad que en cada trazo de su pluma se refleja la vida y los personajes que habitaban en la zona.  Así desfilan “El pampa Rosendo”, “Un peón, Segundo Molina”,”Pulpería La colorada”, “Le decían Vidalita”, “Las mellizas” entre otros.
Su nombre pasó a ser recuerdo, cuando el  público lo reconoce simplemente  por “El vasco”, debido al cariño que supo granjearse como animador de festivales en Victorica, Lobería, Leones o el Festival de doma y folklore de Villa María. El recitado lo tuvo entre los elegidos, mientras creaba programas de neto corte nativista en radio y televisión tanto como guionista o conductor. Libretista de “Surcos estelares Hanomag” en radio El mundo, “Fiestas gauchas de La hoja” en radio Belgrano y Splendid, todos ciclos señeros en el género.
Verborrágico pese a su octogenaria edad, siempre orgulloso de su nacencia y heredad  siempre presenta en primer lugar a su pueblo, cuna de un amor inquebrantable a nuestras tradiciones.
-Yo nací en un pueblo de campaña que llamaban Arbolito. Gracias a Reguera, quien le puso música  a la canción hace muchos años que  la gente tomó conocimiento que había un pueblo en la geografía bonaerense que se era llamado así por sus habitantes porque en los mapas nunca recibió esa denominación.  Cuentan que mi abuelo cada vez que venía de su chacra en el campo, ensillaba y anunciaba –“Me voy a  Arbolito”- nunca decía –“Voy a Coronel Vidal”-  Tal vez ese recuerdo me haya impulsado a tomarme el atrevimiento de hacer la huella titulada “Soy de Arbolito”.  Siempre me pareció más humilde que afirmar “Soy de Coronel Vidal”-.
-Hace unos años lo han rebautizado en los carteles.
-Sí un día un  intendente (hoy fallecido), me llama en Vidal y me dice sonriente - “Se te cumple un viejo anhelo”- ¿Cuál será? Me pregunté yo.-“Vasco, siempre quisiste que se  llame Arbolito el pueblo…Bueno, acaban de aprobar la ordenanza para que se lo denomine Coronel Vidal y entre paréntesis Arbolito”-Imagínese que alegría después de tantos años poder pertenecer a un pueblo donde su nombre perduró en la memoria de la gente y no en el que dicen los mapas. Aunque me radiqué en Mar del Plata, no paré hasta ir a vivir al campo durante 6 años.  Ansiaba ver el amanecer, disfrutar como las sombras iban escapándose para hundirse vaya a saber donde, ocuparme de todas las tareas a que está abocado el paisano de campo y a eso le debo….una hermosa hernia de disco. Todo por hacer trabajos que tendría que haber hecho 30 años antes (se ríe abiertamente)
-Sus canciones son vivencias…
-¡Seguro! Algunas que el destino me hizo vivir y otras por involucrarme en las que vivieron otros. Todo está indicado en la vida. Si le hice versos al carrero  por ejemplo es porque he visto a alguien llevar esa profesión con tanto orgullo que me emocionó o yo he probado la experiencia.  Me parece muy atrevido hacer una zamba si ser del norte o una tonada sin ser de Cuyo, pero si esta se hace con el respeto y la gracia de ser argentino es aceptable.
-¿Le gustaría escuchar más recitadores en los medios?
-Más me gustaría que salgan nuevos decidores, no recitadores.  Yo aprendí a decir no a recitar. Hay muchísima poesía criolla que no llegó a la grabación.  Le estoy diciendo con la sapiencia que me dan los años.
-¿Pensó en escribir  un libro sobre esas experiencias?
-¡Ah! Si otro lo puede escribir,  (se ríe), yo hablo diez días seguidos. Pero no es una tarea fácil porque yo voy contando anécdotas a medida que las recuerdo, sin un orden cronológico, y termina siendo un rompecabezas. Quien sabe…
-¿Conoció a Abel Fleury?
- Sí.  Nos unía un amigo común de apellido Carlomagno.  Lo conocí cuando Abel era guitarrista de Fernando Ochoa, pionero si los hubo en el folklore. Hacía un programa que iba los jueves a la noche y los domingos a la mañana donde se reunían todos los folkloristas de esa época: Martínez –Ledesma, las Hermanas Simón entre otros.  Abel Fleury con su guitarra era respaldo de la poesía que decía Ochoa. Un día Abel cayó por mis pagos a saludar a Carlomagno y a pedirle que le busque alojamiento porque había llevado el escuadrón y por ahí escaseaba. Un día me lleva Carlomagno y le dice -“Acá te traigo un muchacho que le gusta cantar, digamos que le gusta mucho la música como arte…y es de buena familia”- un agregado importante en ese tiempo para la presentación. Imagínese a los 18 años uno tiene aquello de la inocencia. Yo me conformaba con ir a cebarle mate.  Un día el estaba tocando su guitarra en la pieza, me animé y le dije-“Don Abel, profesor, maestro yo sé un tango suyo”- “¡Ah! ¿Sí? “-me dijo y empezó a hacer acordes y yo a cantarlo entero.  Y el siguió después con sus acordes.  Claro después me quería colgar de un árbol. Don Abel fue una de las grandes guitarras argentinas que se hicieron un lugar en  todo el mundo. En algunos países hasta se siguen sus métodos. Pasó el tiempo y fui a verlo a un teatro donde quise saber porque no tocaba nada suyo -“Porque toco Tárrega o Sagreda- me contestó-Y usted ¿se sigue acordando la letra de mi tango?”-  Yo quería que me tragase la tierra… no había olvidado la anécdota.
- De los compositores que le han puesto música a sus poemas ¿tiene alguno preferido?
-A todos los poemas los he hecho con el mismo amor a nuestras tradiciones.  Por ninguno tengo preferencia.  Siento que dejé en ellos la más pura emoción del momento.  Así Daniel Reguera, Merlo, Larralde, ArgentinoLuna, Justo Morales, Pedro Herrera o Domingo Prat por nombrarle algunos supieron encadenar sus melodías a mis poemas. Con ellos me siento hermanado en el secreto de la creación.
- Incursionó en muchos medios
-¡Ah! Que tiempos. Trabajé muchísimo en diferentes medios con el mismo empeño de difundir nuestra cultura nacional.  Cuando uno ama y conoce profundamente lo que hace es más fácil encadenar el tiempo para realizar  cuanto uno se propone.  Me gustaría que la juventud mire nuestros trabajos y afiance sus pasos en el folklore sin dejarse influir por todo aquello que no pertenece a nuestro patrimonio nacional.                                                    
SENDA FOLCLORICA         
CARLOS Y GRACIELA ARANCIBIA 
                                                    
Agradecemos a Graciela Arancibia el permitirnos publicar el presente reportaje


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